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31 de mayo, 2014


Mañana de un nuevo fin de semana lleno de planes y también de ciertas parálisis emocionales que nunca faltan. A ellas trataré de mirarlas de frente y hablarles con ternura, tratando de no enojarlas más y convencerlas de que me dejen andar sin perder la sonrisa. Anoche llovió y me desvelé imaginando que el camino, recién arreglado (la palabra mas acertada sería "arado"), estaría transformándose en una trampa. Siempre me pregunto por qué los empleados municipales tienen un concepto de "mejorar/arreglar", tan distinto a lo que me conviene a mí en el día a día. El sentido común sigue siendo el menos común de los sentidos. Ahora ya no llueve y un lindo sol llena la mañana. O sea...es hora de agarrar pala y pisón para arreglar el resultado de la intervención de las máquinas frente a mi tranquera. Después que termine de arreglar el desastre que dejan otros tengo cositas mas lindas para hacer que espantarán los enojos. Ojalá todos ustedes también puedan encontrar herramientas para presentarle batalla a los enojos, los miedos y la incertidumbre. Al menos hoy.


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