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24 de mayo, 2015


Un día de sol espléndido como el de hoy fue irresistible para todos. Las tortugas se dejaron envolver por la tibieza de la tarde y yo también. El sol acaricia el ánimo y estimula a andar y hacer. Ahora quiero un café con leche y algo rico, por hoy ya basta de trabajar. Aproveché el día de sol para re-organizar el estanque que estaba tan invadido de plantas acuáticas que el agua y lo peces no se veían, rastrillé toneladas de hojas, transplanté pequeños retoños que voy trayendo de la casa de mi madre...jazmines, madreselvas, bignonias...todo sirve para pincelar el alrededor y esperar la próxima primavera con mi casa renovada. Hay que trabajar (por fuera y por dentro) para que las estaciones del año siempre nos encuentren mejorados.


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